Tú vas
yo vengo
tú y tu ponderosa valija de quimeras
yo, con mi feble canastillo de visiones
ambos naufragados de mareas
ambos, vendedores de ilusiones.
En brillante sortilegio despliegas
el último prodigio de las ciencias
noble producto del no menos preclaro intelecto
que el humano en su ambición y su codicia
ya hallará la manera de torcerlo.
Mientras yo, del sombrero negro de la vida
conjuro blancas palomas de esperanza
que algún día disecarán los ornitólogos
para exhibir en el mesón de las albricias. (Del libro “El grito en la sombra” (Santiago de Chile 1996, 1ª Ed.; Quintero/Valparaíso 2014, 2ª Ed. ampliada)